por Glen Ochre
Glen Ochre es una activista social con pasión por el poder popular, los estilos de vida y trabajo cooperativos y por la Madre Tierra. Se formó como trabajadora social y es especialista en dinamización de grupos.
Glen Ochre. Commonground P. O. Box 474. Seymour, Victoria 3660. Australia
Tel.: +57 938257 Fax: +57 938400
Es un placer estar aquí. Todos lo dicen, pero es la verdad. Es maravilloso estar con 400 buenas personas que se preocupan realmente por el planeta. Esto me anima mucho y espero que a vosotros también.
Formo parte de Commonground, una pequeña comuna rural en Victoria, Australia, que inicié hace 14 años. Éramos un pequeño grupo de revolucionarios que trabajábamos en el área de desarrollo de bienestar social y comunitario, que pensaba que las cosas podían hacerse mejor. Nos preguntamos qué podíamos hacer por el mundo. De aquí surgió Commonground, un recurso para el cambio social de la comunidad. Es un lugar donde la gente puede venir para estar en el campo y refrescarse.
Commonground tiene 95 acres de tierra preciosa. Hay un solo tejado, una sola mesa y un solo bolsillo. Educamos a los niños entre todos. Han nacido 4 niños en la comuna y los compartimos (muchos nos preguntan si los niños saben quiénes son sus padres. Pues sí, lo saben). Somos una familia muy unida. No somos propietarios de la tierra en el sentido tradicional de la palabra: no podemos venderla ni sacar beneficio de ella. Esto es importante. Ninguna persona individual puede beneficiarse de Commonground. En su día pusimos todo el dinero en una bolsa y compramos la finca.
El “aglutinante” de la comunidad (lo que nos mantiene unidos) es todo lo que ocurre por debajo de nuestros cuellos. Es una zona muy importante y gran parte de ella es intangible. Creo que necesitamos modelos de vida cooperativa y oportunidades para compartir los recursos de una manera diferente. En Australia hay mucho territorio y la tendencia de la gente es a separarse entre sí, pero yo creo que necesitamos acercarnos. Creo firmemente en esta necesidad y apuesto con entusiasmo por ello.
Yo puedo aportar mis años de experiencia. Ahora tengo 51. Empecé siendo una joven e idealista activista social y ahora soy mucho mayor y más idealista aún. Quiero aportar mi experiencia de trabajo con muchos grupos que están haciendo lo mismo que nosotros estamos intentando, encontrar maneras de trabajar juntos.
Tengo un ilimitado optimismo en nuestra capacidad para encontrar caminos humanos hacia la sostenibilidad porque creo que internamente lo deseamos. Parece que en todos nosotros hay un gran anhelo de pertenencia al medio y de equilibrio con él. Y puede que tengamos miedo de ello. Muchas personas vienen a Commonground y dicen: “Oh, es maravilloso. Lo que estáis haciendo es sencillamente fantástico, pero yo no podría hacerlo… ”
Cuando hablo de comunidad. no quiero decir que la gente necesite vivir en una comuna como la nuestra: hablo de grupos que viven y trabajan juntos de tal manera que hay interdependencia.
Esta es una palabra clave para mí: a un nivel, confiamos los unos en los otros.
Otra palabra clave que uso para definir comunidad es “intencionalidad”, es decir, que elegimos vivir juntos. La comunidad es la concreción de nuestro anhelo de pertenencia. En un tiempo, tuvimos una comunidad y en parte la seguimos teniendo, es como si lo recordáramos.
Es un recuerdo de hace miles de años y de alguna manera estamos intentando volver a ese pasado, conectar con él y con ese sentido de pertenencia, y ello me llena de esperanza.
Me gustaría celebrar esto y hacer un pequeño ejercicio juntos. Levantémonos. Cogeos las manos entre vosotros, que nadie tenga una mano libre. Ahora cerrad los ojos y sentid las manos que estáis tocando. Quizás sean las manos de un extraño. Sentid su textura, su temperatura, su forma. Moved vuestra mano dentro de la del otro.
Efectivamente son las manos de un extraño y, sin embargo, son las de vuestra hermana o hermano, hay una conexión profunda y que viene de muy atrás. Lo sabemos y lo anhelamos. Es como una memoria genética que nos dice que conocemos esas manos desde que eran aletas y nadábamos juntos.
Hay un hilo genético desde entonces hasta ahora, que tenemos piernas y brazos. Son manos que a lo largo de estos miles de años han crecido y se han desarrollado y han hecho cosas tan hermosas como recolectar, cultivar, amar, parir, sostener al moribundo, hacer magia, bailar. Las manos son, a través de la memoria genética, el punto de conexión. Y en esas manos, en esas manos preciosas y sagradas que sostenéis, está la sabiduría y el conocimiento que necesitamos para que el mundo entre en la siguiente etapa. Sentid lo precioso de esas manos y su magia. Apretadlas suavemente y ahora miradlas. Y ahora, sentémonos despacio.
Es en esta conexión en la que se basa mi esperanza de que encontremos caminos hacia las ecoaldeas y las nuevas formas de vida que tan valientemente estamos construyendo.
Pero, desgraciadamente, la esperanza no es suficiente. No es suficiente ser buenas personas (porque sé que lo somos). Tampoco las buenas intenciones bastan. Muchos grupos (buena gente con buenas intenciones), se han hundido, y a menudo han sufrido daños. Tampoco basta con las infraestructuras, aunque sean importantes. Podemos conseguir un equilibrio perfecto entre lo privado y lo comunitario, permacultura y hasta nuestros propios excrementos compostados, todo…
El asentamiento puede ser perfecto pero nosotros somos imperfectos. Y digo esto con cariño. Y es que llegamos con un montón de equipaje, y lo llevamos con nosotros a la vida comunitaria.
En primer lugar estamos educados en la propiedad privada. Hemos hecho un profundo cambio desde que nos establecimos y dejamos de pertenecer a la tierra y pasamos a poseerla. Creemos que debemos poseer la tierra, guardarla, mejorarla y protegerla, entonces competimos en vez de cooperar. La mayoría de nosotros está educado en la competitividad. Creo que debemos investigar en nuestro corazón cómo sentimos nuestra relación con la tierra . (Yo tengo una relación con un árbol de 450 años, al que amo mucho, y cuando viajo llevo una foto de él, igual que la gente que lleva fotos de sus hijos. Bueno, pues a menudo pienso en poseer este árbol… qué curioso).
Tampoco estamos preparados para la cooperación dada la educación que recibimos. Puede que en el subconsciente tengamos muchas buenas ideas sobre cooperación, pero acordaros del asunto del cuello: nuestro cuerpo no acaba aquí.
Por debajo del cuello tenemos muchos mensajes grabados que están en contra del compartir y de la cooperación. Creo que estamos muy desconectados de nuestros sentimientos. Se nos ha hecho creer que éste era un terreno difícil y peligroso, así que nos instalamos en la mente, reprimimos el resto y consiguientemente lo relegamos al inconsciente.
Pero no nacimos así, ¿no? Los niños no son así. Ellos expresan sus sentimientos. ¿Qué e ocurrió entonces? Supongo que lo primero es que nuestros padres ya fueron educados en esta mentalidad; lo segundo, es que muchas cosas nos han herido, desde las más terribles (como la guerra, la pobreza, la violencia y el abuso sexual), hasta las menores, por el hecho de vivir en un mundo que no tiene en cuenta nuestros sentimientos, nuestra alma.
Al niño se le enseña que los sentimientos y muchas opiniones no son buenas, que son inaceptables. “A la gente no le gustará que las tengas y te rechazarán”, se le dice al niño. Cuando somos bebés somos muy dependientes, y si no se nos ama y cuida, morimos. A mi me parece que todos tenemos este temor profundo a ser rechazados. Es el terror que sentimos cuando nuestra vida está en peligro. Por eso, cuando algunos asuntos pequeños nos resultan tan problemáticos es porque sentimos este temor al rechazo. Se nos ha enseñado a tapar todo esto.
Afortunadamente, si investigamos nuestros sentimientos, hallamos una parte que confía, que brota del interior para conectar. Lo que pasa es que enterramos esta parte, igual que una gran proporción de la creativa, lúdica e intuitiva, y nos apostamos en la torre mental. Pero en el nivel inferior están buena parte de nuestras necesidades y deseos. Son esas necesidades profundas de las que nos han dicho que es mejor no hablar porque en cualquier caso no pueden ser satisfechas. Pero hay unos asuntos internos que debemos tratar. Algunas personas hablan de estos asuntos con una cierta truculencia; en realidad es el subconsciente que está trabajando. Pero, de nuevo, necesitamos aprender el lenguaje del subconsciente.
Ahora supongamos que nos ponemos a trabajar en los procesos cooperativos, los que ligarán a los miembros de la comunidad entre si. Tenemos el lugar perfecto, una buena sopa en la olla, todo en su sitio y nos disponemos a crear esos procesos cooperativos.
¿Cuáles serán sus elementos constitutivos? Veamos primero los más evidentes y luego los menos.
Necesitamos una Filosofía Clara. ¿Qué nos une? ¿Por qué?
Necesitamos una Conexión Espiritual.
El Ingreso en la comunidad también es importante. ¿Con quién queremos compartir? ¿Cuáles serán los criterios de ingreso?
Necesitamos Estructuras y Procesos; estructuras legales, de ingreso y de salida. A algunos no les gustan las estructuras, por ejemplo a los viejos hippies como yo. Pero no debemos temerlas: las estructuras se pueden cambiar.
También necesitamos Métodos de Decisión Colectiva. A los grupos que toman las decisiones por consenso les recomiendo que aprendan estos métodos. Así mismo pasa que tenemos un concepto un poco ingenuo de la toma de decisiones, algo así como sentarse en circulo y cogerse de las manos. Existen formas creativas de tomar decisiones por consenso.
Necesitamos saber qué Expectativas de los demás tenemos, cuánto tiempo esperamos que aporten, cuánto dinero, cómo ayudar en la educación de los niños.
Necesitamos Tácticas, Estrategias y Acuerdos. ¿Cómo hacer las cosas y cómo llegar a acuerdos? A veces los grupos utilizan los acuerdos para evitar el conflicto y para no tener que hablar entre ellos. Escribimos nuestras Tácticas y Estrategias para prever todas las eventualidades, pero esto no funciona, porque siempre hay situaciones impredecibles y, entonces, tenemos que hablar.
Necesitamos Métodos de Resolución de Conflictos
Otra cosa por la que siento una gran pasión es nuestra Conexión y Relación con el Exterior. No creo que sea cuestión de desaparecer y cocerse en la propia salsa. Me considero una activista social y una revolucionaria y quiero seguir siéndolo. Es importante el nexo con el mundo.
Lo siguiente es la Valentía. Es obvio que necesitamos ser valientes para trabajar juntos y afrontar las dificultades. No sé de dónde se saca la valentía pero la hallaremos entre todos.
Pasemos ahora a la parte más pegajosa del “aglutinante”. Lo primero es observar nuestros Corazones (fijaos que están por debajo de nuestros cuellos). Para cambiar algo debe producirse un cambio en el corazón primero.
También tenemos que aumentar nuestra Autoestima porque ella nos hace más tolerantes con los demás, quienes, en definitiva, son como nosotros.
La Tolerancia y la Generosidad son esenciales. Es aquello de pensar: “bien, me ha hablado con brusquedad pero es que tiene un mal día, no me lo voy a tomar a pecho”. Creo que la Aceptación de nosotros mismos nos conduce a un mayor grado de Perdón.
También debemos Dejar Pasar, y no sólo en las cuestiones triviales, sino especialmente en las importantes. Escuchar, con nuestros corazones. Así, con un poco de suerte, también podremos hablar con el corazón.
Así mismo, necesitaremos Perseverancia y Paciencia.
La Habilidad para Negociar es importante también. Algunas personas hablan de seguridad en los grupos. Bien, creo que la Seguridad y la Confianza en el grupo se derivan de todo lo anterior.
Podemos añadir un poco de Esperanza, Optimismo, Suerte y, no nos olvidemos, un poco de Diversión. Tiene que ser divertido, con muchas fiestas y celebraciones.
Luego está, cómo no, el Amor, el que se deriva de apartar el miedo y descubrir que podemos conectar con los demás.
Para acabar, tenemos ese gran poder, la Bondad Colectiva.
Y ahora quiero acabar cantándoos una canción. No soy cantante pero me gusta cantar. Dice así:
El poder se mueve, en el cambio de estación.
El poder se mueve, a través del conocimiento antiguo
El poder se mueve, a través de la tierra y el sol
El poder se mueve, a través de todos