Antes de pasar a defender la validez teórica del modelo social de ecoaldea, me gustaría mostrar algunas definiciones que se han propuesto sobre lo que es una ecoaldea. Sin duda, una de las más conocidas es la de Robert Gilman, del Context Institute, quien define una comunidad sostenible o ecoaldea de la siguiente manera:
“Una ecoaldea es un asentamiento humano, concebido a escala humana, que incluye todos los aspectos importantes para la vida integrándolos respetuosamente en el entorno natural, que apoya formas saludables de desarrollo y que puede persistir en un futuro indefinido”.
Como no podía ser de otra manera, dada su brevedad, es una definición vaga pero con el mérito de reunir en un corto espacio las ideas fundamentales:
1. asentamiento humano, es decir con casas e industrias situadas en un espacio concreto, no es por tanto una comunidad virtual, aunque dicho espacio puede estar en el campo o en una ciudad.
2. a escala humana, luego no es una ciudad ni un barrio populoso, suficientemente pequeña como para que todos se conozcan y para que la participación pueda ser directa, pero suficientemente grande para que quepan en su interior una diversidad de negocios que permitan una cierta autosuficiencia
3. con todos los aspectos importantes para la vida, lo que incluye actividades agrícolas, artesanales, formativas, culturales, espirituales, etc.
4. integradas respetuosamente en el entorno natural, lo que recoge inquietudes ecologistas pero también humanas.
5. apoya formas saludables de desarrollo, es decir en calidad y no en cantidad, busca aumentar la riqueza social, pero no necesariamente monetaria, etc.
6. y puede persistir en un futuro indefinido, en la línea de la regla de oro de los indios americanos: aquello que hagas que siga siendo válido más allá de las siguientes 7 generaciones.
Otra definición, igualmente interesante, es la de Elisabeth Klein, quien en su artículo Defining a Sustainable Community identifica cuatro características para que una comunidad sea sostenible:
* Seguridad económica. Una comunidad sostenible incluye una variedad de negocios, industrias e instituciones que son ecológicamente sanas (en todos los aspectos), es viable financieramente, proporciona formación, educación y otras formas de asistencia para ajustarse a las necesidades futuras, proporciona trabajo y gasta dinero en la propia comunidad, y permite a todas las personas tener voz en las decisiones que les afectan. Además, en cuanto al consumo, una comunidad es sostenible si el dinero de sus miembros se queda en la comunidad.
* Integridad ecológica. Una comunidad sostenible está en armonía con los sistemas naturales, convirtiendo y reduciendo los desechos en productos no dañinos e incluso beneficiosos y utilizando la capacidad natural de los recursos ambientales para cubrir las necesidades humanas, sin deteriorar esta capacidad con el tiempo.
* Calidad de vida. Una comunidad sostenible reconoce y apoya las diferentes formas de percepción que la gente tiene sobre el concepto de bienestar, lo que incluye el sentimiento de pertenencia, el sentimiento de lugar, el sentimiento de autoestima, el sentimiento de seguridad, y el sentimiento de conexión con la naturaleza, y proporciona bienes y servicios de acuerdo a las diferentes percepciones, dentro de las posibilidades existentes y de respeto a la integridad ecológica de los sistemas naturales.
* Fortalecimiento y responsabilidad. Una comunidad sostenible permite que sus miembros se sientan apoyados y fortalecidos, y distribuye la responsabilidad que a cada uno le corresponde sobre la base de una visión compartida, de la igualdad de oportunidades, de la habilidad para conocer sus propias necesidades y de la capacidad para asumir el resultado de las decisiones que le afectan.
Analicemos estos puntos. El primero remite a una búsqueda de la autosuficiencia, al crear en el interior de la comunidad aquellas actividades necesarias para la subsistencia, pero con una viabilidad financiera, es decir sin depender a largo plazo del exterior, y al asegurar la participación de todos los miembros en la creación de la riqueza común (trabajo para todos). La autosuficiencia total no es ni posible ni recomendable, pues el intercambio con otros grupos es fuente de riqueza cultural, pero sí que es deseable en la medida de lo posible para evitar dañinas dependencias del sistema tanto en el consumo como en el empleo. La inquietud ecológica queda claramente reflejada en la búsqueda de una armonía con el medio natural, utilizando los recursos naturales dentro de sus márgenes de renovabilidad, evitando daños irreversibles en el entorno. El tercer punto hace una alusión fundamental al respeto por la diversidad que necesariamente ha de existir en toda comunidad como único medio para garantizar su perdurabilidad. Toda comunidad cerrada se acaba extinguiendo. Una comunidad sostenible o ecoaldea ha de ser una comunidad abierta, en la que quepan personas con caracteres e intereses diferentes, asegurando la diversidad cultural y espiritual. Y ello supone que la comunidad ha de dar a todos sus miembros, y no sólo a los de la corriente mayoritaria, respuesta a sus demandas en bienes y servicios. Por último, en una ecoaldea cada persona ha de asumir la responsabilidad que le corresponda en la distribución de los espacios de poder, siempre en función de sus capacidades y partiendo de una igualdad de oportunidades real.
La lista de trabajos y estudios sobre el concepto de ecoaldea o comunidad sostenible se amplía cada día con nuevas aportaciones que van definiendo los límites de este importante concepto, no sin controversia o abierto conflicto. Pero como aquí de lo que se trata es de defender este modelo en relación con otros existentes que, a mi modo de ver, recogen sólo parcialmente alguna de las preocupaciones mentadas más arriba, me centraré en lo que sigue en resaltar aquellos aspectos que creo deben estar incluidos en una ecoaldea y que de alguna manera faltan en los demás modelos (y me refiero esencialmente a algunas colectividades rurales, a la mayoría de las comunidades terapéuticas y espirituales y a muchas de las comunidades de inspiración ecologista).