Hola a tod-s:
Me gustaría que hablásemos en el encuentro de la RIE en Ávila sobre la propuesta que sigue. Creo que todo-s queremos que se generalice la vida en grupo, y por eso trabajamos en la RIE.
En mi opinión, hay dos conceptos diferentes sobre el trabajo: influir desde “arriba” y hacer lo mismo desde “abajo”. Ambas maneras tienen su valor.
Para saber de parte de la RIE si poner más énfasis en uno o el otro lado, hay que ver en qué situación actual está el movimiento peninsular, lo que es nuestra base. Sin una base fuerte y viva corremos el peligro de burocratizarnos demasiado. Propongo compilar las impresiones de los presentes sobre las ecoaldeas y las múltiples iniciativas en la península para después decidir si nuestro apoyo a ellas necesita cambios.
Pido también a los que no pueden participar en la reunión de la RIE contribuir con su opinión por escrito.
¿Cómo podemos apoyar?
1 conociendo las iniciativas y ecoaldeas (nuestros estatutos:”…fomentar la creación” de ecoaldeas-Art.4.1) y dándonos a conocer
2. averiguando las necesidades de grupos incipientes (más que nada) y establecidos
3. ofreciendo ayudas concretas, p.e., al grupo y sus conflictos (fomentar el “crecimiento…”de ecoaldeas, ve arriba).
Valoro los esfuerzos hechos fuera de la RIE como los cursos de facilitación etc., pero no son alcanzables para todos los necesitados.
4. ofreciendo confianza, conocimientos, experiencia, redes de apoyo
5. dándonos cuenta de las motivaciones de grupos que
rechazan la cooperación con la RIE
6. publicando cada vez los trabajos de la RIE en las iniciativas y proyectos de nuestra bio-región
Sigue un texto sobre un problema amplio:
SUBVENCIONES
“Nada se mueve sin dinero”: bancos y grandes empresas tienen ‘obras sociales y culturales’, el estado o la Comunidad Europea nos conceden dinero, las subvenciones están por muchos lados y aparte de facilitarnos algunas actividades nos estimulan a tardar horas y horas en llenar su papeleo y formar asociaciones controlados por entidades poderosas.
Tenemos que vivir, individuos y grupos sociales, por eso nos dejamos pagar y lo usamos si sobra para realimentar el sector social.
Poco a poco se nos escapa el valor de la vida sin estímulo económico, el valor de dar atención, apoyo y afecto espontáneamente.
¡“Nuestra alma no se vende”!