“El capitalismo global moderno (o como se le quiera llamar), impulsado por combustibles fósiles, está consumiendo la diversidad natural, agrícola y cultural humana, sustituyéndola con un monocultivo global a todos los niveles”. D.Holmgren
El número de “invernaderos” en la Republica Dominicana,ha crecido exponencialmente desde el 2004, Se dice que en la actualidad ocupan más de 7 millones de metros cuadrados ; evidenciando la continuidad de una política agraria al servicio de las corporaciones Agroalimentarias.
Con atractivos precios de introducción se promueve una forma de hacer agricultura cada vez más alejada de la naturaleza, aislada con una malla protectora que asemeja al preservativo que hoy millones han incorporado en su sexualidad para escapar al colapso de su sistema inmunológico.
El plástico, las semillas y otros insumos especiales hacen a esa agricultura, más contaminante, excluyente e intensiva en el uso de un dinero que deberá ser “legítimamente” recuperado.
La agricultura, de ser una forma de vida, desean transformarla exclusivamente en una forma de hacer negocios. Al igual que los promotores de la revolución verde, plantean que solucionarán el problema de abastecimiento alimentario con la construcción masiva de “invernaderos”.
Nunca destruyas el suelo
Muchos “invernaderos” siembran sobre un substrato que intenta imitar al suelo, en el proceso de construcción lo primero que hacen es nivelar el suelo eliminando sus horizontes superficiales (orgánico) con máquinas pesadas. Sera difícil revertir/reponer toda la vida contenida en la superficie de un suelo que tardo miles de años para formarse. El derecho de propiedad no justifica la destrucción de un bien común como la tierra, nuestro único habitad. El plástico no tiene futuro Los plásticos son derivados del petróleo. Al fotodegradarse con el paso del tiempo, se descompone en polímeros más pequeños y más tóxicos, contaminando los suelos y cursos pluviales hasta llegar a incorporarse a las cadenas alimenticias al ser consumidos por los habitantes marinos. Reportes de WWF 2005, dan cuenta de que unas 200 especies de la vida marina mueren anualmente a causa de los plásticos.
Pan para hoy, para mañana que ?..
Con la producción en casas mallas , los rendimientos obtenidos son superiores, podrían duplicar y más el rendimiento obtenido a cielo abierto. Sin embargo, no debería promoverse su instalación masiva sin valorar sus impactos más cuando, existen experiencias que aconsejan prudencia. Desde el 2001, Investigaciones realizadas por la Universidad de Granada (comunicación personal) señalan que, la incidencia de enfermedades degenerativas (cáncer) en la región de Armería, es la mayor de toda España y la Unión Europea. Hablemos de dinero Los representantes locales de las empresas del Agro-negocios, han desarrollado una agresiva campaña de difusión de todo un “Paquete tecnológico” a ser utilizado en los “invernaderos. Los productores han obtenido en los primeros años altos niveles de rentabilidad, superiores al 20%. Pero cuidado; Sostenemos la hipótesis de que aquí, pasara lo mismo que en Armería; Los altos niveles de rentabilidad inicial no se mantendrán. Estudios realizados reportan que, en unos 15 años la rentabilidad de las inversiones disminuyeron de 16% a 2.1%. Helena Migueiz y Cristian (2002).
Restablecer el equilibrio
Promover invernaderos sin tomar en cuenta su impacto ambiental, cultural, es irresponsable. No hablar de la salud de los que permanecen 8 y más horas diariamente en espacios “cerrados” donde se aplican agrotóxicos, es inhumano. Recuerdo que la “mosca blanca” se convirtió en problema fitosanitario, solo después que se rompiera el equilibrio de ese ecosistema, al dedicar extensas zonas del valle de azua, al “monocultivo” del tomate. Restablecer el equilibrio es más difícil, sin embargo, es la opción que permitirá la permanencia aquí en la tierra.
La propuesta de practicar agricultura bajo casas mallas con el objetivo de ”reconvertirla, hacerla más competitiva, disminuir sus riesgos”, ha tomado mucho terreno. La adopción masiva de esta forma de hacer agricultura demuestra el dominio que las corporaciones ejercen sobre los poderes públicos; en su intento de monopolizar el ciclo completo de los alimentos. Operando con precarios salarios y en condiciones que muchos consideran como un mal necesario; pretenden transformar una forma de vida exclusivamente en negocio, sin una valoración de sus impactos.
Rodolfo Pierre/Aldea Ecologica Gaia