Cuando nos enteramos de la noticia respecto a la posibilidad real de participar en la conferencia de la GEN Europa, se desplegó un mundo de posibilidades ante nuestros ojos, era la oportunidad de encontrarnos desde cerca y experimentar el mundo de las ecoaldeas desde otras realidades, otra cultura, otras motivaciones y experiencias, tanto en el plano del tiempo como en el vivencias.
Al venir desde tan lejos, se tiende a especular respecto a cómo seremos recibidos, a si la diferencia de idiomas será una dificultad o de cómo sería el encuentro de culturas tan disímiles. Pero desde nuestra llegada nos vimos envueltos por la energía acogedora de los anfitriones y participantes a la conferencia, siempre un bello gesto, una mirada hospitalaria, un abrazo, especialmente cuando relatábamos que veníamos desde Chile y respecto del movimiento al que veníamos representando, ya con eso cualquier especulación quedó atrás, armonizándonos con el gran encuentro que íbamos a vivenciar.
Cada día nos levantamos con una gran disposición para recibir lo que nos traía esta nueva aventura. Por las mañanas podíamos iniciar nuestras jornadas con clases de yoga, meditación y un maravilloso desayuno para cargar nuestras energías, servido puntualmente a la hora dispuesta por la organización. Con nuestra alma y estomago llenitos, ya nos encontrábamos preparados para escuchar atentamente las conferencias programadas. Antes del almuerzo nos reuníamos todos en la carpa central donde se realizaban las plenarias, por las tardes estaban dispuestos una serie de workshops, era muy difícil decidir entre trece opciones porque cada uno de los temas representaba un interés particular en nosotros pues formaban parte de un aprendizaje nuevo y la verdad queríamos participar en todos!!!. El día continuaba con los Homegroup, en los cuales en pequeños grupos podíamos ser partícipes de una instancia de interacción humana que se iba enriqueciendo ya que los grupos se mantenían durante todos los días que duraba la conferencia. Y así, por las noches continuaba la presentación de proyectos nuevos o de innovación para terminar la jornada con conversaciones y celebraciones espontáneas en los distintos espacios que la ecoaldea Zegg ofrece, como podía ser su bar, el restaurant o simplemente bajo las estrellas. Cada día una experiencia única, con momentos llenos de emoción, instancias de canto, danza o meditación que nutrían nuestra esencia, que relajaban nuestros pensamientos y nos conectaba desde el interior, desde el amor, hacia el resto del mundo. Era increíble sentir como tantas personas reunidas en un mismo lugar y desde distintos escenarios se encuentran trabajando por alcanzar un propósito común, eso es impagable!
Destacable el orden, la programación, la comida y en general la impecable organización de las conferencias, algo envidiable desde nuestro lado del planeta.
En resumen, una reunión de amigos con visiones comunes, jornadas intensas con la clara misión de estrechar lazos, fortalecer y ampliar la red Europea, pero sobre todo apoyarse mutuamente sintiendo la responsabilidad real de que juntos tenemos en las manos el poder de cambiar nuestro futuro como humanidad.
Mucho que aprender sin duda, pero motivados para que CASA se consolide, que se puedan formar las redes en los países latinos que aun no son parte, pero que sabemos existen como individuos y proyectos, y por supuesto, realizar nuestro primer encuentro continental.
Amigos de la Red EcoChile