Biogás en Arterra
por Alex
A finales de abril del 2015 y con la ayuda de la Ecoaldea Lakabe y Arterra Bizimodu, asistí al seminario sobre biogas que TH Culhane impartió en Tamera, proyecto miembro de la RIE también con sede en Portugal. Con los conocimientos adquiridos allí, un pequeño grupo emprendedor de Arterra empezamos a planificar la construcción de un prototipo de biodigestor de la clase tipo Solar Cities IBC digester. EL prototipo en sí se empezó a planificar en junio y se puso en funcionamiento a finales de este mismo mes.
Para poder iniciar la construcción del prototipo tuvimos que comprar o reciclar un puñado de piezas:
– 1 contenedor IBC de 1 m3
– tubo de 75 mm de PVC
– 1 embudo de 75 mm para la boca de alimentación
– 1 T de 75 mm para el outlet
– 1 codo de 75 mm
– 1 tramo de 40 mm para la salida del gas
– grifo
– juntas de goma planas
– pintura y accesorios
Siguiendo las instrucciones necesarias construimos el prototipo, pintándolo de negro para favorecer la absorción de calor. El margen de temperatura con el que han de trabajar las diferentes bacterias dentro del container son claves para la eficiencia y éxito de todo el proceso. Seguidamente iniciamos el proceso de arranque del biodigestor: se introdujo una mezcla 1/1 de abono de vaca y agua, además de introducir un par de cubos de barro del fondo de una charca. Al hacer esto esto se inoculan una serie de bacterias ya presentes en la naturaleza que ayudan a la creación de una comunidad de bacterias necesarias para la producción del biogas. Después, dejamos trabajar a este cultivo inicial durante dos semanas sin alimentarlo, el tiempo necesario estipulado para la creación de dicha comunidad.
Tras estas dos semanas, tuvimos nuestra primera pequeña decepción. Intentamos prender la llama en el grifo de pruebas del digestor y, aunque de hecho conseguimos que prendiese, al retirar el mechero la llama se extinguió. Y así sucesivamente. No se aguantaba por si misma, y aún tenía color anaranjado. Tras perseverar en el intento durante dos días pero obteniendo idénticos resultados decidimos consultar con TH Culhane. Su respuesta nos animó bastante: el sistema aún no estaba suficientemente maduro y todavía persistía una pequeña cantidad de oxígeno en el biodigestor. Teníamos que ser mas pacientes y esperar unos días más.
La alimentación del biodigestor tras las dos primeras semanas fue gradual, desde 5 litros de mezcla de nuestro residuos de cocina y agua hasta los 25 litros definitivos. Y así, cuatro días después, es decir a unos 24 días del cultivo inicial obtuvimos nuestra primera llama azul, metano!!. Sólo duró unos cuantos segundos pero cada día que pasaba la llama duraba un poco más, hasta que 35 días después del inicio obtuvimos una llama constante. Entusuasmadas, compramos algún material por internet : una bolsa hinchable de 1 m3 para almacenar el gas, una cocinilla adaptada para el biogas y una lámpara de gas. El material no era caro, pero si que lo fue el transporte y las aduanas.
Con temperaturas exteriores de entre 20 y 42 grados y con una alimentación constante conseguimos obtener un metro cúbico de gas aproximadamente en tres días. La alimentación del biodigestor provenía exclusivamente de los restos orgánicos de la cocina, incluyendo la comida sobrante cocinada. Hay que tener en cuenta que nuestra cocina produce alrededor de 30 servicios diarios. Al pasar los días, el periodo de tiempo necesario para obtener 1m3 de gas se redujo hasta los 2 días, todavía en condiciones óptimas de temperatura y con la ayuda en la alimentación de restos de cebada proveniente del proceso de fabricación de cerveza (con alto grado energético) que otro grupo realizó en Arterra esos días.En agosto ya preparamos nuestro primer café con biogas y a principios de septiembre hicimos nuestra primera prueba en la cocina. !Y fue todo un éxito! Obtuvimos unas dos horas de cocina a partir de 1m3 de biogas. En repetidas pruebas el tiempo de cocina varió de 1.45 minutos a 2 horas. Hasta que fuimos capaces de cocinar para 31 personas!!
Hoy, a 5 de octubre, las temperaturas han descendido y así también lo ha hecho la producción de biogas. Nuestro reto ahora es el invierno y sus bajas temperaturas, por lo que debemos aislar nuestro biodigestor (una construcción de balas de paja y revoco de cal) y quizá también proporcionarle también alguna fuente extra de calor. Tenemos previsto construir dos biodigestores más para obtener el stock suficiente con el que poder substituir completamente las bombonas de butano que utilizamos normalmente. Esperamos q nuestras bacterias no se hayan dormido del todo para entonces.