- Date: 22 – 25 August 2001
- Language:
- Spanish
- Areas:
- Context:
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Y van cuatro. Y siempre nuevas caras. Mujeres, hombres y niñ@s de procedencias dispares, probablemente con distintos intereses, pero en cualquier caso dispuest@s a participar en un evento que tiene un aglutinante común: la búsqueda de una forma de vida más simple, más ecológica y sobre todo más humana.
Más de cien personas, la mayoría provinientes de Andalucía, algunas del lejano Norte como se ve desde allí, se reunieron en la ecoaldea Los Arenalejos (Alozaina, Málaga) para conocer el estado actual del movimiento de ecoaldeas, para intercambiar impresiones con nuevos y viejos amigos, para saber de posibles proyectos en marcha, para ofrecer el suyo, para celebrar juntas su apego a la Tierra, su preocupación por la gente, para divertirse y gozar de un hermoso lugar, una estupenda comida y el abrazo cálido de los anfitriones.
Los Arenalejos
En 1987 nueve personas, que en pocos meses pasaron a ser sólo cinco, compraron 18 has. de tierra para iniciar un proyecto de colectividad rural. El lugar incluía un antiguo molino de aceite en bastante mal estado que tras mucho esfuerzo se reconstruyó para convertirse en la casa principal. La finca se halla a 350 m. de altitud, cerca de la Sierra de las Nieves. La tierra y el clima son ideales para la agricultura, y en particular la fruticultura es una de sus actividades principales: tienen 4 has. de frutales que producen aguacates, lichis, nogales, guayabos, nísperos, caquis, mangos, granados, chirimoyos, melocotoneros, etc. También disponen de 12 has. de olivar en mal estado de conservación para el que se necesita ayuda.
Las dos familias (cinco adultos y cuatro niños) que viven ahí actualmente obtienen todos sus ingresos de actividades que realizan en el lugar. Aparte de la fruticultura, también venden cerámica (muy bella, por cierto) y disponen de una carpintería. Tienen una huerta biológica para autoconsumo, quieren terminar una casa para turismo rural y van a hacer un sistema de lagunaje para la depuración de aguas. Nunca han tenido problemas de agua para riego, pero sí para beber. La traída del agua potable a la finca, que tuvo lugar durante el encuentro, fue uno de los acontecimientos más destacados.
Las decisiones se toman por consenso, si es posible, y si no por mayoría amplia. A lo largo de estos años han desarrollado una visión común, dinámica y adaptable a nuevas circunstancias, basada en el respeto por el entorno y por la gente y que se recoge en el concepto de “ecología social”. Actualmente se encuentran inmersos es un interesante proceso de “socialización” de la propiedad. Con el fin de facilitar la llegada de más gente, a lo que se hallan muy abiertos, quieren colectivizar la finca en la forma de una sociedad civil en la que todos los miembros cuentan con participaciones. Este conocimiento, sin duda muy útil para otros proyectos con similares características, está totalmente a disposición de quien quiera preguntar.
De cara al exterior han creado la asociación ALAIDES, editan un boletín llamado La Hoja de la Ecología Social, en colaboración con Ecologistas en Acción de Málaga. La educación de l@s niñ@s, el tema del patriarcado y la ecología social son motivos recurrentes en dicho boletín, fruto de las reflexiones que la propia comunidad a mantenido sobre ellos durante los últimos años.
Talleres
A lo largo de los casi 4 días que duró el Encuentro, se realizaron numerosos talleres en relación con el tema central de las ecoaldeas, que además de enseñarnos cosas muy valiosas, sirvieron también para facilitar los encuentros entre personas que tan apenas se conocían. Bruno, de Los Arenalejos, fue el encargado de un taller de huerto biológico en el que se mostraba el sistema de huerta que ellos utilizan. Paquita, también del lugar, dirigió un taller de cerámica, cuyo resultado fueron unas hermosas piezas de barro, cocidas en un horno bien simple. Floreal se encargó de enseñarnos la finca con todos sus rincones. Colette llevó un taller en el que expuso las claves de la pedagogía infantil Montessori. Nacho nos enseñó varias danzas circulares. Miguel dio una charla sobre casas enterradas, partiendo de su propia experiencia en su finca… Otros talleres fueron para la presentación del libro “Paisajes inspiradores de Málaga”, construcción con balas de paja, reiki, shiatsu, leyendo las estrellas, cuenta cuentos para niños, debate sobre ensañanza alternativa y desescolarización, diapositivas sobre permacultura, etc.
La educación siempre ha sido un tema clave en Los Arenalejos. De ahí probablemente el elevado número de familias con niñ@s presentes en el Encuentro. El método de pedagogía Montessori que trabajan en Los Arenalejos, se basa en el respeto absoluto del niño. Es ayudarle a crecer, a entregar lo mejor de sí mismo. Es una manera de ser y considerar al niño. Es seguirle en sus necesidades, ayudarle a actuar por sí mismo. Su lema: ¡ayudame a que lo haga sólo!
La Comida
Mención especial merece sin duda el tema de la comida. La cocina estuvo a cargo de gente de La Semilla, quienes nos trataron con un gusto exquisito dándonos una comida ecológica, variada y muy sabrosa. Véamos. El pan se amasaba a mano y en lebrillo de barro, se fermentaba con levadura madre y se cocía en horno de leña. La harina procedía de trigo tierno molido con piedra y de cultivo biológico, integral cien por cien.
Todos los alimentos tenían un origen conocido, fueran productos locales biológicos o de comercio justo. Los cereales y las legumbres venían de Albacete, de la panadería Rincón de Segura. El queso y la miel procedían del Realillo (Bolonia, Cádiz). El azucar, el café y el té eran de comercio justo. Y la leche, las verduras y los huevos eran todos productos biológicos de la zona.
Si a lo anterior añadimos que tod@s ell@s eran gente encantadora, capaces de hacernos una deliciosa pizza por el día y cantarnos unas cancioncillas por la noche… ¡qué más se puede pedir!
Reuniones de la RIE
Como ya va siendo tradicional, el encuentro de ecoaldeas es también ocasión para que la Red Ibérica de Ecoaldeas se reúna en su asamblea anual. En una primera charla, abierta a todo el mundo, se explicó lo que es la RIE, su historia y su situación actual. En dos reuniones posteriores, ya restringidas a las personas realmente interesadas en participar en las actividades de la RIE, se presentaron proyectos de ecoaldeas en marcha; se habló de la página web, que se hará en colaboración con la Red Global de Ecoaldeas de Europa (GEN-Europe: Global Ecovillage Network – Europe); se decidió poner en marcha una lista de correo electrónico abierta a todos los miembros de la RIE; se habló de la nueva revista ReHabitar que ha de servir de soporte a todas las actividades de la RIE y al movimiento de ecoaldeas en general, para lo que se invitó a todos los presentes a que la hagan suya, enviando información.
Y se habló del próximo encuentro. Ante la falta de candidatos presentes, la discusión giró más en torno a consideraciones a tener en cuenta a la hora de organizar un encuentro. Se decidió que era conveniente hacer una guía metodológica que sirviera de ayuda a posibles candidatos y que recogiera además ciertas inquietudes que parecieron importantes a todos los presentes: p. ej., necesidad de un espacio de guardería para niñ@s con turnos para liberar a madres y padres, prever algún taller que suponga un beneficio real para el colectivo organizador, dejar un espacio para la gente que quiera autoorganizarse la comida, etc.
Buenos ratos
El Encuentro nos deparó muy buenos ratos. Además de los talleres y charlas comentados, las noches se vistieron de fiesta al son de una música a la que no le faltaban las palmas. Hubo alegría flamenca, pero hubo también tiempo para cantautores locales, para la música africana y la fanfarria italiana. A la hora de bailar, nadie se quedaba atrás. Incluso durante el día: cuando en la mañana del domingo acabó la ronda de evaluación, enorme círculo en el que sólo estaba permitido hablar cogiendo el bastón de la palabra, l@s niñ@s improvisaron un espectacular concierto de tambores que desesperezó a más de un@ y puso en pie a casi tod@s, que frenétic@s no se acordaban ni de comer. En esos momentos, alguien recordó a Emma Goldman con esta frase que resume el espíritu del encuentro: “si no se puede bailar, ésta no es mi revolución”.
¡Y bailamos, ya lo creo que bailamos!